Por la Lic. Carol Suárez Núñez
Chief Happiness Officer, líder difusora de Mindfulness
¿Cuántas veces hemos afirmado que las veinticuatro horas del día no son suficientes para terminar nuestros asuntos pendientes? Probablemente muchas veces.
Todos, en algún período de nuestras vidas, hemos experimentado momentos de desconexión, fatiga, decepción, frustraciones y otras sensaciones más, que seguro te han hecho sentir ahogado, ansioso y con mucha incertidumbre. El problema radica cuando nos quedamos dentro de este círculo vicioso de insatisfacción y permitimos que esto desborde nuestra capacidad de visualizar e identificar a tiempo las fuentes que lo provocan y sus soluciones.
Si tu día a día transcurre atendiendo únicamente las necesidades de otras personas, pasando de actividad en actividad sin un propósito definido, “apagando fuegos” o sin una ruta de vida clara, es probable que tus horas nunca sean suficientes para enfocar tu atención y avanzar o concluir las tareas, planes o proyectos que te hayas planteado. Este estilo de vida, poco a poco, atenta contra tu bienestar y el de todo tu entorno.
Lamentablemente, hoy hablamos de una sociedad que nos conduce a vivir en “piloto automático”, donde lo más valioso parecería estar basado en el “tener” y en el “hacer”. Poco a poco el mundo nos desconecta de la esencia de la vida y anestesiamos el “ser” hasta que el cuerpo y la mente gritan ¡basta!
Es aquí entonces, cuando comenzamos a hablar de lo que hoy se conoce como síndrome de “burnout” o “síndrome del trabajador quemado”, que no es más que esa sensación constante de fatiga y agotamiento físico y mental crónico que se prolonga durante el tiempo y suele afectar la salud, la personalidad y la autoestima de la persona que lo padece.
¿Cómo identificar si estamos padeciendo este síndrome de burnout?
Aquí te comparto algunas alertas:
- Irritación, enojo o adoptar una actitud de negación constante.
- Incertidumbre, nervios y/o ansiedad.
- Falta de motivación.
- Sentirse constantemente agotado física y mentalmente.
- Sentirse triste o deprimido sin una razón aparente.
- Tener dificultad para dormir.
- Tener problemas para concentrarse y lograr enfocarse en una tarea.
Estas alertas pueden indicarte que es momento de hacer una pausa, reorganizar tu vida y tu manera de definir la productividad laboral, enfocando tu atención, principalmente, en estos cinco aspectos:
1. Reconoce tu propósito personal y laboral
Una de las formas más eficaces de vivir una vida basada en el balance es justamente a través del reconocimiento de nuestro propósito o misión de vida, que no es más que el resultado de una profunda reflexión acerca de quién eres y lo que quieres hacer con tu vida para que esta tenga sentido en todas sus dimensiones.
Cuando pones a disposición tus dones, tu talento y tu propósito puedes integrar tu vida personal a tu trabajo y esto te permitirá experimentar la tan anhelada felicidad y el equilibrio, necesarios en la vida de cualquier persona.
2. Define tus prioridades
Poder tener un orden en tus prioridades personales y laborales mantiene tu enfoque en aquellas tareas que quieres y debes concluir o aquellos planes que quieres hacer realidad.
Toma en cuenta que aún en los momentos de crisis debes tener claras tus prioridades. Hay preguntas que pueden apoyarte a establecer estas prioridades, como, por ejemplo:
¿Qué tareas son realmente prioritarias en este momento?
¿Qué puedo hacer para recuperar mi energía?
¿A qué compromisos debo renunciar en este momento?
3. Establece tus objetivos y metas de manera clara y precisa
Definir los objetivos y metas que quieres alcanzar te permite poder trazar una ruta de acción sostenida en el tiempo. Estos objetivos y metas deben ser claros, precisos y alcanzables.
4. Aprende a diferenciar lo que es importante y lo que es urgente
No todas las situaciones, solicitudes o proyectos tienen que ser trabajados o contestados de manera inmediata. No cometas el error de perderle el respeto a la palabra “urgente”.
5. Identifica y controla tus principales fuentes de distracción
Hoy en día no hay nada que te robe más la energía que la cantidad de distractores a las que puedes estar sometido todo el tiempo. Toma en cuenta que las distracciones son uno de los principales problemas que afectan hoy en día la estabilidad laboral, sobre todo en aquellos de alto rendimiento intelectual.
Cuando contabilizas el tiempo que le dedicas a las distracciones del día a día podrás ser conscientes del tiempo que le restas a tu enfoque y a tus resultados.
Por último, no olvides hacer una pausa si:
- No sientes una conexión fuerte con lo que estás haciendo.
- Perdiste la magia y estás operando desde tu “piloto automático”.
- Tienes miedo a expresar lo que estás sintiendo.
- Estás experimentado fatiga física y mental extrema.
- Tu cuerpo te pide un descanso mental, una desconexión total.
- Sientes que estás perdiendo tu esencia.
Haz esta pausa por ti, por tu salud integral y tu bienestar.
Recuerda que la productividad consciente no tiene nada que ver con la cantidad de horas que dedicamos al trabajo, apagar fuegos o estar conectados de todo y de todos de manera constante. Ser una persona conscientemente productiva requiere poder tener espacios de pausa, desconexión y descanso.