Duarte: Patriota Vertical

Por Marlon Anzellotti
Director del Monumento a los Héroes de la Restauración.

En un nuevo aniversario del nacimiento del ideólogo y padre fundador de nuestro país, Juan Pablo Duarte, deseamos destacar su patriotismo acendrado, el cual permaneció incólume a través de los años. Particularmente en ese período donde la soberanía nacional fue conculcada por la anexión a España y por las tentativas posteriores de anexionarnos a la potencia emergente de los Estados Unidos de América. 

Erróneamente se ha pensado que el patricio fue un idealista teórico, cuando en realidad fue un hombre cuyas ideas las llevaba a la práctica. Fue coherente con sus ideas políticas revolucionarias, propugnando la independencia sin ataduras de ninguna especie. Esto le costó un largo exilio de más de 30 años, con una breve interrupción motivada por la guerra restauradora, a la cual se ofreció para servir como un soldado más. Y por ello regresa al país el 28 de marzo de 1864. 

En esa breve visita, en ruta hacia Santiago (sede del gobierno de la República en Armas) se pone en contacto en Guayubín, con el patricio general Ramón Matías Mella, quien se encontraba muy enfermo de disentería, la cual lo llevó a la tumba pocos meses después.  En ese momento, el general Mella ocupaba la función de vicepresidente del Gobierno Restaurador.  Esa escena es recreada en una de las instalaciones del Museo del Monumento a los Héroes de la Restauración. 

Ocupando la vicepresidencia el ciudadano Ulises Francisco Espaillat, quien fue designado al fallecer su titular, el general Mella, Duarte es comisionado para desempeñar una función diplomática, con el objetivo de conseguir el apoyo de Venezuela para la causa restauradora. Esas diligencias no lograron el fruto esperado, pues esa nación se encontraba inmersa en una crisis política que le hacían imposible auxiliar a la causa nacional. 

Llega el momento entonces en el que Duarte renuncia a su posición en marzo de 1865. Motivado por la inestabilidad que existía en el gobierno restaurador, pues en un breve espacio de tiempo se habían designado tres presidentes. Eso lo hizo de manera formal, mediante una extensa carta al Ministro de Relaciones Exteriores, de la cual extraeremos algunos fragmentos. Este escrito fue recopilado por el Dr. Mariano Lebrón Saviñón, en su libro “Juan Pablo Duarte. Sus Escritos”, páginas 87 y 88: 

“Quedó impuesto de las razones del Gobierno respecto de su conducta con los traidores, y no quedó menos que decir a usted que mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones. El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico en las presentes circunstancias o no tendremos patria y, por consiguiente, libertad ni independencia nacional. 

[…] en Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo dominicano. 

[…] si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi Patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España, llevada a cabo a despecho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y parricida, no es de esperarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen dominicano) cual protesto y protestaré siempre, no digo tan sólo contra la anexión de mi Patria a los Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo, contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo más mínimo nuestra Independencia Nacional y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del Pueblo Dominicano… Por desesperada que sea la causa de mi Patria siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”.

Esta carta, que constituye una especie de testamento político, nos evidencia a un Duarte a quien la adversidad de un prolongado exilio no lograron mellar sus convicciones patrióticas y nacionalistas. Fue un patriota vertical con sus ideas, las cuales se pueden sintetizar en uno de sus pensamientos más recordados: “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”. ¡Loor eterno para nuestro patricio!

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