¿Qué le motivó a convertirse en docente universitario?
Nací en una familia de maestros. Quizás el modelo familiar me indujo a poner en práctica esta vocación. Sin embargo, creo que otros factores influyeron en esto como el amor por las bibliotecas y la investigación. Siendo estudiante de Derecho en la PUCMM (1977-1982) campus de Santiago, fui conquistado por la biblioteca de la Universidad donde pasaba muchas horas, día tras día, revisando las obras de derecho. Especialmente en el área del derecho privado. Toda esa lectura me formó desarrollando en mí un profundo deseo de aprender y conquistar el conocimiento. Posteriormente nació la necesidad de compartirlo con los demás, especialmente con los jóvenes.
¿Cuál ha sido, desde su percepción, su mayor logro profesional?
Como abogado me he destacado en el diseño de las estrategias de litigios. Mi ejercicio profesional se ha orientado a esto en varias áreas del derecho. Sin embargo, como investigador, también me he destacado como creador de instrumentos digitales orientados a la administración de la gran data jurídica dominicana. He dedicado mucho tiempo en identificar las principales ideas contenidas en los fallos de la Suprema Corte de Justicia desde el año 1909 hasta la actualidad, así como a la compilación y anotación de la legislación dominicana desde la fundación de la República Dominicana, y vertirlas de manera organizada en categorías en una base de datos electrónica diseñada por mí para encontrar con eficacia y precisión la información valiosa en cualquier área del derecho.
Como educador, haber permanecido 38 años ininterrumpidos en las aulas. Varias generaciones de abogados me reciben con respeto y consideración en todos los lugares donde coincidimos. Me he convertido en un consultor jurídico de una gran parte de estos.
¿Qué valores procura transmitir a sus estudiantes, más allá del contenido académico?
Considero que el proceso educativo necesariamente implica la observación de valores y principios que marcan tanto a este como a sus participantes. Estos constituyen parte del contexto dentro del cual se desarrolla. Así, su dimensión ética trasciende a las aulas a través del nivel de conciencia que logran los estudiantes. Ellos se forman en adquirir una metodología para abordar el conocimiento y procesarlo constructiva y críticamente. Pero, a sabiendas de que todo tendrá un impacto que se extiende a la sociedad.
En las aulas procuro transmitir a mis estudiantes valores y métodos de aprendizaje, disciplina y rigor. Trato de no faltar nunca a mis clases porque esto igual inspira en ellos compromiso. Siempre llego al aula con el plan de lo que haré en la hora de clase, esto me permite tener a mano los datos actualizados de los temas que serán tratados, muestra a los discentes que se trata de una labor con un alto sentido ético y de responsabilidad del docente y me permite desarrollar exitosamente el proceso. La mejor manera de transmitir estos valores es predicando con el ejemplo. Los principales valores transmitidos son el respeto por los demás, la integridad académica, la disciplina, el pensamiento crítico y el compromiso social.
La irrupción de la IA en el mundo actual es un desincentivo para el aprendizaje, porque está sustituyendo al cerebro humano en el señalado proceso, y ese es un peligro.
¿Recuerda alguna anécdota especial con un estudiante o grupo?
¡Claro! Mi primera experiencia como docente. Nunca la olvidaré.
Fui contratado por APEC para sustituir a un profesor de Derecho Romano que se había enfermado. Mi primer día de clases. Pasó lo inesperado. Cuando me torné frente a la pizarra para escribir mi nombre, se estrellaron en el pizarrón varias tisas que fueron lanzadas desde los estudiantes. Me quedé frio. Pero seguí adelante como si nada estuviese pasando. Escribí mi nombre, expliqué las circunstancias por las cuales estaba con ellos, e inicié de inmediato el desarrollo de las ideas que había previamente preparado.
Al final de la clase todos los que incurrieron en el error se me acercaron y pidieron excusas. Luego me enteré de que lo ocurrido se debió a que yo parecía un estudiante más y creyeron que era un impostor que les jugaba una broma. En esa época mi talante era de un joven de 20 años, cuando mi edad era de 27.
¿Qué huella ha dejado la PUCMM en su vida personal y profesional?
La PUCMM no solamente ha sido mi principal escenario docente, también es mi alma mater. Las huellas de esta institución en mi formación, mi vida personal y profesional son significativas. De alguna manera, esto me hace sentir parte de la institución y que mi sentimiento de pertenencia sea muy alto.
A través del tiempo he vivido muchas experiencias en la Universidad tanto como director del Departamento de Derecho durante los años que lo fui, como docente y estudiante. Como director aprendí a compartir las decisiones con mis pares trabajando en equipo con los demás responsables de la gestión administrativa, académica y los profesores. Como docente me he encontrado a mí mismo, al hombre creativo en al aula y siempre listo a orientar y enseñar. Pero, como estudiante, es el lugar donde recibí mi primera formación universitaria, y los valores que han orientado mi labor docente. Esto último es muy importante en mi vida personal y profesional también porque el rigor, la mística y el carácter se desarrollaron al amparo de los valores que promueve la institución.
¿Qué desafíos cree que enfrenta la educación superior hoy?
En la actualidad las herramientas con las que cuentan los estudiantes son muy distintas a las que existían en el pasado reciente. De alguna manera esto constituye un reto para los docentes. Las nuevas generaciones llegan a la universidad con una metodología del aprendizaje muy diferente a la del profesor, por lo tanto el proceso debe tener en cuenta estas nuevas realidades que no podemos cambiar. Los educadores somos los que tenemos que adaptarnos.
En lo que respecta a la enseñanza del derecho los profesores hoy encuentran grandes dificultades debido a que el tiempo y energía de muchos jóvenes están absorbidos por distracciones mediáticas, en consecuencia no logran desarrollar un hábito de lectura. Y, ocurre que los contenidos jurídicos se asimilan a través de la inmersión en un mundo de ideas que habita en los procesos intelectuales y en el desempeño de los tribunales, así como en las soluciones de complejos problemas aportadas por los grandes pensadores. Todo ello se conserva a través de la escritura que espera ser leída por los interesados en el conocimiento jurídico.
Si los participantes en el proceso educativo en torno a la ciencia jurídica dedican más tiempo a la información rápida servida, analizada e interpretada por las máquinas procesadoras de la data, sin que en ese proceso analítico e interpretativo se encuentre el cerebro humano, entonces la enseñanza está amenazada. Porque su éxito es directamente proporcional a la participación humana en el proceso ideológico de la información jurídica que influye en la creación, interpretación y aplicación del derecho y la data legal.
Estamos ante un gravísimo problema que reta a las nuevas generaciones. De estas depende encontrar una nueva manera de conectar con el razonamiento jurídico que, hasta donde conocemos, se adquiere y desarrolla a través de la lectura crítica y analítica de los contenidos servidos mediante la escritura. Observo que la gran dificultad de los docentes hoy es lograr que el discente lea las obras de derecho clásicas y contemporáneas.
La irrupción de la IA en el mundo actual es un desincentivo para el aprendizaje, porque está sustituyendo al cerebro humano en el señalado proceso, y ese es un peligro. Este asunto debe ser manejado correctamente para superar las dificultades señaladas. Las estrategias de aprendizaje deben incluirla, pero como herramienta de aprendizaje y no como un fin en sí misma. En este punto entran a jugar un rol estelar los valores éticos que promueve la PUCMM.
¿Qué mensaje desea dejar a quienes siguen su vocación docente?
A todos los lectores de esta entrevista los invito a continuar cultivando el conocimiento. Nuestra identidad y valores personales, nuestras actuaciones éticas y responsables, la búsqueda de la verdad y el pensamiento crítico constituyen valores esenciales que se justifican en la sociedad porque guían la convivencia armoniosa y el desarrollo humano.
En la medida en que participamos activamente en la comunidad desde nuestras distintas posiciones contribuimos a resolver problemas, conflictos y el desarrollo de una sociedad más justa y tolerante.
Ejerzan sus roles con amor y entrega. De esta manera honran a sus familias, amigos y a nuestro país.


