¿Qué te motivó a estudiar Ingeniería de Sistemas y Computación?
Al graduarme del bachillerato, exploré las opciones que tenía y me llamó la atención Ingeniería de Sistemas y Cómputos porque era una mezcla entre Ingeniería de Sistemas, la cual es un campo interdisciplinario que busca implementar y optimizar cualquier tipo de sistema complejo, y Ciencias de Computación, la cual abarca la teoría de la información y da respuestas mediante medios tecnológicos a dichos sistemas. De igual forma, no deja de ser menos importante que, mi hermano Ángel Abelardo estudió esta carrera antes que yo y siempre fuimos muy tecnológicos, rodeados de computadoras en nuestro hogar, por lo cual siempre me apasionó la tecnología, la ingeniería y los sistemas en sentido general.
¿Cuáles desafíos has enfrentado tras finalizar tus estudios en la PUCMM?
Al graduarnos, el primer desafío es entender cómo implementar en un mundo laboral exigente todos los conocimientos, herramientas y recursos adquiridos durante 4 años de estudio. Es un proceso de transición donde se pasa de la teoría a la práctica. En algunos ámbitos podemos encontrar brechas importantes que debemos de ir cerrando poco a poco.
¿Consideras que es importante complementar la carrera universitaria con estudios de postgrado? ¿Por qué?
Definitivamente sí, y más en la actualidad, donde todo líder debe estar en constante preparación para los retos que ha de encarar en el futuro. Los estudios complementarios son una forma de seguir adquiriendo conocimientos y de aumentar las áreas de acción. Soy un fiel creyente de esto, he hecho tres maestrías, las cuales me han permitido ampliar en el campo de las ciencias sociales, en el campo operativo, la logística y el área administrativa y financiera. Aún ahora, me mantengo realizando diplomados y certificaciones, siendo muy inquieto en ese aspecto.
Además del conocimiento técnico, ¿cuáles habilidades has tenido que implementar para desarrollar tus labores con excelencia?
El líder de hoy en día necesita desarrollar, aparte de sus conocimientos duros, habilidades blandas como las emocionales: el coraje, la persistencia, la resiliencia, la honestidad, la integridad y la ética; o las sociales como la cortesía, la amabilidad y la inteligencia emocional; o las transcendentales como el respeto, la confianza y la gratitud, así como habilidades de poder influenciar positivamente sobre un equipo y habilidades de liderazgo.
¿Cómo es un día normal en tu vida?
Mis días son muy intensos y largos, intento hacer un equilibrio entre el aspecto familiar, personal y laboral. Estar en la industria de retail, la cual es muy demandante, requiere una jornada laboral de 10-12 horas diarias. Me levanto muy temprano, llevo a mis hijas al colegio, luego me dirijo al trabajo donde paso la mayor parte del día, al mediodía almuerzo en la casa con la familia. Al llegar a la casa en la noche, respondo todos los correos y mensajes para no dejar nada pendiente para el otro día. Posteriormente, paso tiempo con mi familia hasta llevar a mis hijas a dormir y luego es tiempo con mi esposa para conversar sobre nuestro día. Los fines de semanas son estrictamente familiares.
¿Qué ha sido lo más arriesgado que has hecho en tu vida profesional?
En 2010 ocurrió un incendio en la ferretería Bellón, en el que prácticamente el 99% de las operaciones desaparecieron y nos propusimos empezar de cero y volver a ocuparnos en levantar el negocio. Ahora, 12 años después, podemos ver los frutos de ese coraje y esfuerzo. Esta es una muestra de que, con la bendición de Dios, todo lo que nos planteemos puede ser posible.
Cuéntanos sobre alguna situación en la que pensaste que era el final de tu carrera y cómo pudiste superarla.
Yo soy una persona muy optimista, y realmente nunca he pensado que alguna situación es el final. Me gusta ver el lado positivo, analizar las situaciones, buscar las soluciones para enfrentar los obstáculos. En el caso del fuego de la ferretería que mencioné anteriormente, quizás cualquiera pudo pensar que ese sería el final, aunque no de mi carrera, pues hubiese buscado otro lugar donde estuviera haciendo lo que me gusta y aportando valor a la organización. No obstante, pudimos superar el incendio mediante largas horas de trabajo, pasión, dedicación, confianza, la gracia de Dios, proactividad y siempre pensando que era posible.
De las cosas que realizas hoy, ¿cuál o cuáles pueden cambiar el mundo?
Creo que el ayudar a otros. Considero que nosotros podemos colaborar de todo lo que se nos ha dado, de todos los dones que Dios ha puesto en nosotros. Esto no solamente económicamente, sino también en tiempo y conocimiento. Por esto siempre trato de hacer mentorías internas y ayudar a cualquier persona. Me considero como alguien filantrópico, hago colaboraciones y servicios en diferentes vertientes. Creo que se trata de poner a disposición de todos los que nos rodean lo que tenemos en nuestras manos para poder hacer de nuestro mundo un mejor lugar.
¿Qué le dirías al Carlos Iglesias de 10 años sobre su futuro?
Le aconsejaría que siguiera su corazón, su pasión y que no se aparte de Dios. Le diría que, al final de todo, las cosas saldrán bien, que cada situación es necesaria para forjar su camino y que aproveche las oportunidades que se le presenten de la mano de Dios, las cuales lo orientan a desarrollarse en su proyecto de vida.
¿Qué le aconsejas a nuestros estudiantes y a la comunidad de Egresados PUCMM para su desarrollo académico y profesional?
La vida es una constante evolución y requiere de una mejora continua. Es por esto que, los invito a seguir desarrollando sus habilidades y conocimientos y a tener siempre el apetito de querer ser mejores personas y profesionales. Les aconsejo que se tracen metas y objetivos concretos orientados a su crecimiento y desarrollo personal, social, profesional y cristiano.
