Por el Dr. Iván Viera García
Egresado de la carrera de Medicina. Especialista en Psiquiatría y actualmente cursando un Postgrado en Psicogeriatría en la Universidad Maimonides en Argentina.
En mayo de 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2021-2030 la Década del Envejecimiento Saludable. Teniendo como prioridad la mejora de la calidad de vida del adulto mayor, siendo esta agenda a su vez liderada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El concepto que les traeré a continuación es el Viejismo. Definido como el conjunto de creencias estereotipadas y discriminación que se aplican a las personas mayores exclusivamente en función de su edad. Término acuñado por Robert Bultler en la década de los 70’s.
Enfocándonos en la región de las Américas y principalmente en los países con una economía en transición, el fenómeno de la construcción de conceptos erróneos sobre las personas de más de 65 años de edad o el llamado “viejo” se ve señalado solamente dentro de un marco de edad cronológica y no en la independencia o funcionalidad del individuo que va llegando a la tercera edad. Por consecuencia, la vejez se siente como una etapa de conflicto, no solo para el que la vive, sino también para aquellos que, sin ser viejos aún, cotidianamente la enfrentan desde sus diferentes posiciones. Por ejemplo: el médico general, el especialista, los enfermeros, los asistentes sociales, los cuidadores formales, hijos, colegas o como un ciudadano común en circulación.
Se ha estudiado en el comportamiento inconsciente del ser humano, que los prejuicios o lo juzgado de antemano, son ideas o conceptos adquiridos durante la infancia a través de lo que llamamos identificaciones primitivas o figuras de gran importancia en el entorno familiar del individuo.
En el cuento Grimm de Simone de Beauvoir (1970) se ve muy bien plasmado la construcción del prejuicio contra la vejez. “Un campesino hace de comer a su padre separado de la familia, en una pequeña escudilla de madera; sorprende a su hijo juntando maderitas: Es para cuando seas viejo”, dice el niño. Inmediatamente el abuelo recobra su lugar en la mesa.
El prejuicio más común y extendido es el que los viejos son todos enfermos o tienen cierta discapacidad que les impide un buen desenvolvimiento cotidiano.
Investigaciones recientes demuestran que aproximadamente el 82% de los adultos mayores entre los 65-80 años de edad informaron haber experimentado algún trato pernicioso. Las experiencias especificas incluyeron a otras personas que a menudo suponían que, por su edad, el adulto mayor tiene dificultades para usar teléfonos, computadoras, escuchar, ver, comprender y hacer algunas tareas de cierta importancia.
En contraste, a la sinonimia viejo=enfermo podemos decir que la transición a la vejez, como todos los cambios dentro de un ciclo de vida no son fáciles y además de la que tenemos una noción puramente abstracta. Sin embargo, tenemos que formar parte de una propaganda creciente sobre una vejez activa basada en integridad intelectual y física del adulto mayor que le permita un funcionamiento e independencia dentro del marco de la edad.
En conclusión, más que una citación bibliográfica o un desglose a profundidad del tema, se busca mencionar conceptos y ponerlos al conocimiento público, con la intención de rescatar la introspección del lector y ver como este subjetivamente se posiciona ante el trato de los adultos mayores.