El teatro como opción de turismo cultural en Santiago

Por: Astrid Gómez

Cuando hablamos de turismo cultural, hay algo cierto: las ciudades se distinguen y posicionan internacionalmente por su cultura y sus eventos. Pensemos en festivales, celebraciones tradicionales, conciertos, carnavales, rutas gastronómicas… Todas las manifestaciones culturales y artísticas son potenciales atractivos turísticos, hacer sus experienciasde viaje con arte y conectarse con la identidad local. En ese sentido, el teatro tiene mucho que aportar. 

Desde hace décadas, ciudades como Edimburgo -con su Festival Fringe-, Bogotá -con el Festival Iberoamericano de Teatro-, New York -con toda su estructura de musicales y teatro off-, o Aviñón-, con su histórico festival-, han utilizado el teatro, en conjunto con la magia del marketing, como una poderosa estrategia para el fortalecimiento de su marca ciudad. Por lo que cada año reciben cientos de turistas en busca del entretenimiento único que ofrece el arte escénico. 

Estas ciudades, y muchas otras, tienen muy claro el valor del espectador-turista y han comprendido los beneficios de ofrecerle al visitante la oportunidad de experimentar su cultura a través del teatro, es decir, a través de la representación artística de historias y tradiciones. Claro, hay que tener presente que esas ciudades tienen muchos años desarrollando las estrategias de atracción turística por medio de eventos teatrales. Y precisamente por eso considero que Santiago de los Caballeros está en un momento clave para impulsar el teatro como opción de turismo cultural. 

Ante el eminente crecimiento económico y social que experimenta nuestra ciudad, también es necesario el crecimiento paralelo de una oferta cultural, de entretenimiento y ocio. Todo apunta a que Santiago recibirá cada vez más visitantes, por lo que autoridades, empresas, artistas y gestores culturales tenemos el reto común: ofrecer experiencias diversas y auténticas con sello local, que beneficien a la ciudad. El teatro, con sus múltiples formas, debe ser parte de esa transformación urbana. 

Ciertamente, aún no contamos con una tradición teatral robusta, ni con instituciones educativas que formen profesionales de manera constante en teatro. Pero, justamente eso es una oportunidad. Apostar por el teatro no solo significa incentivar a que se hagan más obras, sino también activar una economía creativa que genere empleo, promueva la educación artística y posicione a Santiago como una ciudad culturalmente vibrante.

Permíteme contarte esos beneficios que ofrece el teatro, que otras ciudades ya han comprobado: 

Atracción de más visitantes e identificación de marca ciudad.Incluir el teatro en de la oferta turística diversifica las opciones de entretenimiento para el visitante. No solo atrae a quienes buscan paseo urbano y gastronomía, sino también a quienes desean descubrir una experiencia diferente. En un itinerario turístico la inclusión de un evento teatral que rompa con lo común es un plus para el visitante, porque, además, lo acerca al residente. Así que, el teatro ofrece no solo ¨ver¨ una obra, sino también ¨convivir¨ con los demás asistentes. 

Un festival teatral o una temporada pueden convertirse en emblemas que definan la identidad de Santiago frente al país y la región. Desde la Fundación Utopía, es lo que hemos estado intentando impulsar con nuestro Festival de Artes Escénicas de Santiago ¨TeAtrapo¨. 


Apostar por el teatro no solo significa incentivar a que se hagan más obras, sino también activar una economía creativa.

Impulso económico: Los visitantes que asisten a espectáculos no solo compran una boleta, por lo que la ganancia económica no solo queda en la producción del evento. Luego de ver el espectáculo u obra, cenan en restaurantes, visitan bares… Se genera un efecto multiplicador que beneficia al comercio, la hostelería y el transporte. Esto está comprobado con numerosos estudios y publicaciones sobre los efectos del teatro en la economía. Pero también desde la Fundación Utopía, lo hemos comprobado aquí en Santiago. Por encuestas simples a nuestros públicos sabemos que la mayoría de ellos, al salir de nuestras obras no se van a sus casas, se quedan compartiendo en otros lugares de la ciudad. Este impulso económico también influye en el siguiente beneficio. 

Generación de empleo: el arte teatral involucra a muchos profesionales: actores, técnicos, fotógrafos, músicos, gestores, protocolos, entre otros. Fomentar el teatro significa desarrollar una cadena productiva, es la dinamización de la economía creativa local. 

La identificación de la ciudad como espacio escénico: siempre ha existido una relación cercana entre teatro y sociedad. Existe una teatralidad inherente en los espacios urbanos, por eso una ciudad es también un espacio escénico: están las historias de sus habitantes, que son como los personajes, sus luchas sociales, situaciones laborales, familiares, injusticias, éxitos, soledad… Eso el turista lo desea conocer y el teatro es la manifestación artística ideal para narrarlo, pues con él se puede reproducir la cultura de una ciudad, se pueden contar las historias de los pueblos y ciudades. 

En este sentido, el teatro callejero es una herramienta muy valiosa. Pongamos en claro que el teatro no solo tiene que representarse en espacios convencionales, sino también en espacios públicos. Parques, calles, plazas, lugares abandonados, almacenes, edificios, etc, pueden convertirse en escenarios. Las ciudades que aprovechan esto devuelven vida a la ciudad y generan productos culturales muy interesantes y únicos, atractivo para turistas. 

Por otro lado, si se quisiera generar en Santiago una escena más tradicional, en escenarios convencionales, también es posible, pues en la ciudad la infraestructura teatral es suficiente. Los gestores teatrales estamos de acuerdo en que tenemos suficientes salas teatrales, pero son poco aprovechadas y muchas veces son ocupadas para otras actividades no teatrales. 

No sé si a ustedes, pero a mí me queda claro que el teatro es un recurso que Santiago debe abrazar para impulsar el turismo cultural en este nuevo crecimiento urbano. Tenemos los espacios, pero hace falta que articulemos esfuerzos de gestión cultural y que valoricemos el gran potencial el teatro, así como el talento santiaguero. 

Tengo la esperanza de que algún día veamos en Santiago una cartelera teatral activa, festivales, presentaciones callejeras y espectáculos que convoquen tanto a santiagueros como a visitantes de todo el país y el extranjero. 

El arte que se produce en una ciudad es un indicativo de su realidad cultural y de su nivel educativo, de cuan valorada esté su cultura. 

Sobre la autora
Astrid Gómez

Actriz y gestora cultural. Docente de artes en la PUCMM. Egresada de la carrera de Comunicación Social, mención Corporativa en el año 2014. Máster en Artes Escénicas por la Universidad Rey Juan Calos. Directora Ejecutiva de la Fundación Utopía, Laboratorio Teatral, Inc.  Premio Nacional de la Juventud 2023 en la categoría de Desarrollo Cultural (Arte y Cultura).

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