Entrevista a la dra. Ylona De la Rocha

Egresada de la carrera de Derecho y de la maestría en Derecho Empresarial y Legislación Económica.

Abogada en la firma De la Rocha & Asociados.

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¿Por qué decidió estudiar Derecho?

Porque desde pequeña he sido una amante de la justicia, que luego aprendí es dar a cada quien lo que corresponde y merece. En la medida en que cada cual recibe a lo que debe tener acceso, en igualdad de oportunidades que los demás, se puede crear una sociedad más equitativa. Siempre me molestaron las desigualdades y las vejaciones, nunca me he conformado con un “no” como respuesta, sin un argumento sólido  que lo justificara

El Derecho es la expresión misma de una nación y de lo que debe ser para una sana convivencia, porque sin reglas que están llamadas a ser cumplidas, no puede aspirar a que exista orden y armonía entre sus ciudadanos.

¿Cuál área del Derecho le apasiona más y por qué?

La civil porque es la esencia de las prerrogativas mínimas de un individuo y de los demás. Ese es el origen de todas las relaciones entre particulares que buscan satisfacer sus propias necesidades y las ajenas, a través de un intercambio necesario de obligaciones y derechos en que se ofrece al otro lo que le falta y se recibe lo que se necesita. En la medida de que esas facultades individuales funcionen, lo hará el entorno y toda la colectividad.

¿Cuál cree que es el papel de los abogados en la sociedad dominicana actual?

El abogado debe ser el artífice de alianzas estratégicas para sus clientes, un creador de soluciones que acompañe a su representado para tomar las mejores decisiones, un consultor eficaz que ofrezca la respuesta adecuada en el momento justo;  en fin, un aliado incondicional  y ético de los proyectos personales, profesionales y familiares del que ha confiado en él.

Atrás quedó el abogado litigante por antonomasia que pierde de vista lo que le resulte más conveniente a quien lo ha contratado para resolver su situación, no para empeorarla. El litigio debería ser la última opción -cuando todos los medios persuasivos no han bastado- no la primera.

Durante el ejercicio de su profesión, ¿hay algún caso que ha marcado su vida y de qué manera?

Claro, muchos, pero sobre todo aquellos en que se restablece una propiedad a quien legítimamente corresponde. Después de un arduo trabajo, años recorridos en distintas instancias y perseverancia en los procesos, que el verdadero dueño ocupe y reciba lo que le pertenece ha sido de gran satisfacción. En una ocasión un cliente me dijo que estaba cansado de luchar y le dije que mejor se preocupara si me cansaba yo. Soy persistente por naturaleza cuando creo que una causa es justa; si no estoy convencida de un caso, no lo tomo, porque no puedo convencer a otros, si yo no lo estoy.

¿En qué se basa la investigación de su tesis doctoral y cómo la implementaría?

El título de mi tesis doctoral fue “El alcance jurídico del silencio durante la formación y la ejecución de los contratos civiles: Hacia una valoración a partir de criterios objetivos en la experiencia dominicana”.

En nuestro país, al igual que en otras latitudes, es poco lo que se ha estudiado del silencio contractual porque se ha considerado como inoperante, equivalente a la inexistencia de la voluntad o la nada. Sin embargo, bajo ciertos parámetros, este tiene incidencia jurídica y un valor determinado para los contratantes. La fijación y explicación de esos criterios que debería analizar el juez al interpretar un contrato, en que alguna de las partes ha callado, es el puerto de llegada de mi investigación jurídica.

¿A qué se refiere con el silencio durante la ejecución de los contratos civiles?

Porque, si bien es cierto que el adagio “el que calla otorga” es insostenible en el plano contractual dada la autonomía de la voluntad, en determinados escenarios el comportamiento de las partes o sus posibles abstenciones pueden traer un mensaje de aceptación o rechazo para la otra que, bajo el principio de la buena fe, así lo ha entendido. No basta con no hablar si el silencio ha tenido una connotación que no podía ser ignorada por quien lo exhibe y ha provocado la confianza legítima en su contraparte.

¿Cómo pueden incidir los medios digitales para la elaboración de contratos?

Es una realidad insoslayable que todas las operaciones jurídicas  pueden ejecutarse por internet, ya que, desde los orígenes del Derecho, los contratos se regían por el principio de consensualismo, que despoja de toda  formalidad a las convenciones legalmente formadas. Lo importante en los medios digitales es que pueda evidenciarse que, de la manera que fuere, hubo una aceptación del compromiso contractual; el reto es, entonces, aportar la prueba de que efectivamente se realizó.

¿Cuál fue el objetivo principal de su tesis doctoral?

En un primer orden, un análisis jurídico del silencio para determinar su alcance en el ámbito contractual y en segundo orden, cuáles serían los criterios formales en los que podría apoyarse el juez para establecer su relevancia jurídica, en sentido positivo de anuencia o negativo de renuncia.

¿Cuál ha sido el momento más desafiante que ha enfrentado durante su experiencia en la academia?

En la etapa de la pandemia, poder captar el interés de los estudiantes, a pesar de que no teníamos interacción personal. Que descubran la versatilidad de la carrera que te permite ser juez, fiscal, funcionario público, asesor empresarial o abogado en las distintas áreas del quehacer jurídico.

Mi propósito constante es que descubran cada día su pasión por el Derecho y que reafirmen que han realizado la mejor elección que los acompañará toda la vida.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro como docente?

Encontrarme con mis antiguos estudiantes en los tribunales y ver cómo se desempeñan exitosamente como colegas, sentir su cariño y respeto fuera de las aulas y percatarme de su aprendizaje como profesionales destacados y verdaderos líderes en sus espacios laborales. Eso me llena de orgullo y satisfacción porque me hace pensar que en ese mar de conocimiento yo pude aportar un granito de arena.

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