¿Cómo describiría el impacto que ha tenido en su vida personal y profesional haber estudiado en la PUCMM?
Es difícil dimensionar todo el valor que mi querida alma mater ha agregado en mi persona. En una escala del 1 al 10, pues un robusto 10, no tengo ninguna duda. Fueron cinco años que sirvieron para crear la base de mi desarrollo profesional y, en gran medida, para la creación de grandes relaciones, las cuales se han mantenido durante estos treinta y tantos años posteriores a mi graduación.
¿Cuáles son los principales retos que ha enfrentado tras finalizar sus estudios en la PUCMM?
En mi caso, el gran reto fue decidir cuál sería mi camino y en qué industria o sector desarrollaría mi carrera profesional. Mientras estuve en la Universidad, trabajé en distintas industrias, incluyendo la aguja, productos de piel, tabaco y envases metálicos, pero lo que menos me imaginé es que terminaría en la industria de servicios: primero, en mundo hotelero y luego, en la industria de servicios financieros, donde me quedé. Ahí, nunca he sentido la necesidad de moverme ni por un segundo. Permanecer en la banca, en el Banco Popular Dominicano, me ha permitido una visión holística: en lugar de estar en una industria específica, he podido conocer muchos sectores productivos distintos. Para un banquero es sumamente importante aprender cómo funcionan los diferentes tipos de negocio para realizar su labor, lo cual es muy enriquecedor desde el punto de visto profesional.
Dos décadas y un poco más ocupando posiciones gerenciales en el Banco Popular, ¿cuáles son las principales satisfacciones que tiene hasta ahora?
Para mí, la principal satisfacción es poder ofrecer un servicio memorable a los clientes. Eso significa ir más allá de lo que el cliente espera y poder crear relaciones de largo plazo, con una agenda de ganar-ganar, sostenible en el tiempo. Esa es la esencia del Banco Popular desde hace 60 años. Durante mis distintas posiciones, las cuales incluyen funciones tan distintas como son negocios, riesgo, cumplimiento, gestión humana, seguridad y hasta legal, siempre he tratado de esmerarme para que mis clientes internos o externos sientan que tienen a alguien en quien pueden apoyarse, ya sea en las buenas como en las malas. Lo importante no es dar lo que ellos quieren, sino lo que necesitan. A veces es un gran reto convencerlos, pero cuando eso se logra, hay muy pocas cosas que traigan mayor satisfacción.
¿Cuál considera es un recuerdo o vivencia especial durante sus años como estudiante de la PUCMM?
Mis mejores recuerdos son mis experiencias con grandes profesores, lo cuales agregaron mucho valor y enseñanzas a mi vida profesional, y hasta personal. Rosario Bisonó fue como nuestra madre durante toda la carrera. Su firmeza, unida a un gran corazón, eran una combinación perfecta para lo que se necesitaba en las asignaturas clave de la Ingeniería Industrial. Por otro lado, estuvo Tito Ventura, quien no solo fue un gran profesor, sino en su caso, también un gran maestro cuyo mayor aprendizaje fue cómo vivir la vida, más que aspectos técnicos de la materia. Quiero mencionar además a Clodomiro Loveras, quien tenía una gran facilidad para enseñar temas muy complejos y hacerlos potables. Y el más celebre para mí fue Dinápoles Soto Bello, quien explicaba cosas tan complejas que la mayoría de nosotros nunca las llegamos a entender completamente. Sin embargo, lo hacía con tanto amor y pasión que daba gusto solo estar ahí para verlo.
Cuando mis compañeros se quejaban y me decían que esas cosas no servirían para la vida, yo les decía: “Pero, ¿tú no te la pasas en el gimnasio haciendo ejercicio? Esto es lo mismo, pero con la mente. Si resuelves estos problemas de la clase, habrá pocas cosas que se te puedan atragantar en la vida profesional”.
Desde su punto de vista y a partir de la experiencia que ha tenido en el sector financiero, ¿podría decirnos los principales retos que enfrenta la banca en la República Dominicana?
Gracias a Dios, y a una buena supervisión bancaria, acompañada de buenos banqueros, el sistema financiero en República Dominicana está más fuerte que nunca. En mi opinión, el mayor reto para los bancos es la bancarización de la población, la cual está por debajo del 50%. Junto con esa bancarización, vendrá la disminución del manejo de efectivo en el sistema, a medida que los pagos digitales vayan tomando preponderancia. Uno de los grandes retos para esto es la informalidad de la economía, lo cual debiera ir disminuyendo en todo este proceso.
Todo esto vendrá acompañado de la promoción de la educación financiera, algo que practicamos intensamente desde el Popular. Una población educada financieramente garantiza más conocimiento y acceso a productos financieros justos, eficientes y asequibles, así como a entender que la transformación digital marca la ruta del sector. El uso de los canales digitales para atender las necesidades financieras es una tendencia que cada día va en progreso. Potenciar la experiencia de los clientes y permitir el acceso a productos y servicios de forma rápida, pero a la vez eficiente. Concientizar sobre la importancia de la ciberseguridad, que seguirá siendo un término de todos los días: debe ser un pilar fundamental en este ecosistema, a fin de mejorar los sistemas de protección de datos y prevención de fraudes.
Por otro lado, la banca tiene el compromiso de continuar ofreciendo facilidades que permitan beneficiar a empresas orientadas al desarrollo sostenible, así como apoyar políticas estratégicas en reindustrialización, como la accesibilidad a las ofertas de energías limpias. En ese sentido, tenemos el reto de lograr que las ofertas de financiamiento, acompañadas de preceptos de desarrollo sostenible, se conviertan en el elemento corriente de las operaciones de los bancos, con aportes al desarrollo como el escalamiento del emprendimiento e iniciativas con mayor aporte para mejorar la inclusión financiera de la población.
¿Qué les aconseja a nuestros estudiantes y egresados de la PUCMM que desean desarrollar su carrera en el sector financiero?
Que entren desde temprano, ya que la mejor posibilidad de crecer es desde los puestos más básicos e ir desarrollándose paulatinamente. En mi opinión, los banqueros se hacen desde cero y toma muchos años convertirse en un banquero de verdad.
Les aconsejo que adopten como estilo de vida la educación continua, que aprendan sobre estrategia empresarial a nivel macro y que se mantengan al día con las tendencias del mercado. En un contexto como el actual, marcado por la incertidumbre y también por los aprendizajes que nos dejó la pandemia, ya no basta solamente con gestionar los recursos de la empresa de manera efectiva. Para desempeñarse de manera exitosa, hay que involucrarse en la gestión global del negocio, desde una posición mucho más dinámica que en el pasado.
